domingo, 19 de agosto de 2012

¡BONITO TÚ! 3º. LAS HUEVAS.

 
Como ya dije en la primera entrada del bonito, salieron dos pequeñas, aunque preciosas huevas que me dispuse a salar y secar.

 Esto era algo que no había hecho en la vida, a pesar de los kilos de hueva de todo tipo que he devorado en mi vida. Así que buqué en la red y , la verdad, no hay mucha documentación sobre ello. O por lo menos yo no fui capaz de encontrarla. Muchas generalidades sobre el modo y el tiempo de salado, que variaban de una página a otra.

 Encontré una que daba un listado de tiempos según el tipo de pescado a la que pertenecían las huevas y un poco tiré por la calle de en medio.



 Necesitareis:



 2 huevas de bonito

 1 kilo de sal gorda 

 Un poco de aceite de oliva



 Como hacerlo:

 
 Lavar las huevas en agua fría para eliminar la sangre. Secarlas bien con papel de cocina.



 En un recipiente poner dos dedos de sal, acomodar las huevas y cubrirlas completamente con más sal.



 
 Poner encima peso repartido por todo el recipiente (yo usé unos cantos de la playa)

Y guardar 48 horas en la nevera.


  Sacarlas, lavarlas en agua fría para eliminar el exceso de sal y dejar secar al aire,

 

 
cubriéndolas con una rejilla o tarlatana para que no se posen las moscas. Dejarlas un día a la sombra y otro al sol.



 Una vez secas, frotarlas con un poco de aceite de oliva y guardar en el Frigo envueltas en film transparente.



 Cortar unas lonchas finas y acompañar con un tomate trinchado y unas olivas “trencaes” y “Carpe Diem”                          

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